El testamento es algo de lo que suele hablarse poco porque recuerda a la muerte pero que es muy necesario.
Saber cuándo y cómo hacer el testamento es fundamental para que cuando llegue el momento del fallecimiento todo esté correctamente recogido.
Qué es un testamento
El testamento es una declaración en la que una persona dispone de su patrimonio para después de su fallecimiento. Es decir, el testamento es un documento en el que una persona deja establecido el destino que quiere para sus bienes una vez que no esté.
Además de para distribuir los bienes, el testamento también puede decidir sobre otros asuntos. Entre los más habituales se encuentra el reconocimiento de la paternidad o la asignación de la tutela de las personas que tengan al cargo.
¿Quién puede hacer testamento?
Pueden hacer testamento todas las personas que no lo tengan prohibido por la ley en el artículo 662.
Las personas que no pueden testar son:
- Las personas que aún no hayan cumplido 14 años.
- Las que en el momento de hacer testamento no puedan conformar o expresar su voluntad, ni siquiera con ayuda de medios o apoyos para ello.
- En el caso de las personas con discapacidad, estas podrán otorgar testamento cuando, a juicio del notario, puedan comprender y manifestar el alcance de sus disposiciones.
Tipos de testamento
A la hora de hacer el testamento, encontramos tres tipos diferentes, como vamos a ver.
Testamento abierto notarial
Es un testamento que se hace ante notario.
Es el más recomendado y utilizado.
Es un trámite sencillo, en el que sólo hay que indicarle al notario lo que quieres hacer con tus bienes tras tu fallecimiento.
Este trámite también es económico, su precio está alrededor de los 50 euros.
Testamento ológrafo
Este tipo de testamento es el que se redacta completamente por el testador de su puño y letra.
No puede redactarse por medios mecánicos ni por terceras personas.
Se debe incluir la firma del testador, la fecha de su redacción y el DNI.
Una vez la persona fallecida, cualquier persona que encuentre dicho testamento, lo podrá presentar ante el Notario.
EL testamento ológrafo pierde su validez si pasan cinco años del fallecimiento del testador y no se ha procedido a realizar el proceso de su validación y apertura. Por eso es importante que, antes de que transcurra ese período de cinco años, se haya presentado ante notario y protocolizado.
Testamento cerrado
El testamento cerrado es el que se hace cuando una persona decide redactar el testamento y depositarlo en la notaría en un sobre cerrado.
Ni siquiera el notario puede abrirlo para revisarlo previamente, sólo se abre en el momento del fallecimiento y apertura de este.
Es diferente al ológrafo ya que, en este último caso, la persona lo guarda en casa sin depositarlo en la notaría.
No es muy recomendable hacer un testamento cerrado por el riesgo de redactarlo mal y que la voluntad de la persona no se pueda llevar a cabo. Siempre es mejor revisarlo con el notario o abogado para asegurar que pueda tener validez.
Cuándo se debe hacer un testamento
No existe un momento concreto donde haya que hacer el testamento.
Se debe hacer cuando lo crea necesario el testador dependiendo de las circunstancias personales y patrimoniales.
La recomendación es que se haga antes de sufrir cualquier enfermedad o accidente. Si esto ocurre, será la Ley quien decida qué se hace con los bienes de la persona fallecida.
Quizás el momento ideal para hacer un testamento es cuando se haya alcanzado la estabilidad vital.
En cualquier caso, el testador puede revocar el testamento siempre que lo crea conveniente.
Dónde hay que ir para hacer un testamento
Lo habitual a la hora de hacer un testamento es acudir a un notario y presentar el documento de identidad.
Con la intervención del notario se garantiza que se cumplen todas las formalidades legales. Además, se conservará el documento entregándole una copia al testador.
Cómo hacer un testamento
Existen distintas formas de hacer un testamento, como vamos a ver.
Cómo hacer testamento sin notario
Sin notario, el testamento que se hace se denomina ológrafo.
Es un documento escrito y firmado por el testador, de su puño y letra.
Este tipo de testamento se utiliza de forma excepcional porque por sus características suele generar problemas de autenticidad y validez que acaban en procedimientos judiciales que requieren de costosas pruebas periciales y testificales para determinar su eficacia.
La forma de realizar testamento sin la presencia de notario es haciendo un testamento ológrafo.
Cómo hacer testamento ante notario
En primer lugar, el testador debe acudir a la notaría que prefiera, de su confianza o cercana a su domicilio.
Se redacta el testamento ese mismo día o de forma previa, si es necesario resolver dudas sobre el contenido del testamento, mediante cita con el notario que le asesore en todo lo que necesite sobre redacción y contenido del testamento.
El notario identifica a la persona que llega, solicitándole el el documento nacional de identidad y acto seguido realiza un juicio de capacidad para evaluar si el testador está en sus plenas facultades para otorgar testamento. El testamento es un documento en el que una persona establece lo que va a ocurrir tras su fallecimiento con sus bienes y otros asuntos importantes. El testamento ológrafo, el abierto o el cerrado puede hacerlo cualquier persona que no lo tenga prohibido por Ley o que no se encuentre en alguno de los casos que recoge la legislación.
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